4 de marzo de 2011

9 de Marzo


Palomas protegidas

El día ha amanecido frío y aparentemente lluvioso. Después de nuestro desayuno de tostada y yogur nos hemos visto con el guía y nos ha llevado al centro de Katmandú a ver la Plaza central donde están los antiguos templos y palacios.


Comercio

Creo que dijo que eran del siglo 13, con mucha madera repujada en forma de pagodas. Por fuera todos me parecían bonitos y elaborados pero las ventanas dejan pasar poquísima luz y lo poco que se descubría dentro parecía enormemente oscuro. De vez en cuando encontrábamos templos pequeñitos (de esos con una figura en medio de la calle) y siempre pintados de naranja. Vamos, con un chorro de pintura naranja dada con brocha gorda. Los hace extraños, descuidados y a la vez sucios. Los nepalís, cada vez que pasan por delante de uno, lo tocan para que les de suerte. Además tocan una campana que tienen al lado para avisar al Dios de que están allí y que les escuche.

Santones en Durbar Square

Además de los dioses y diosas tienen esas figuras de aspecto demoníaco que dicen que son dioses protectores y que tienen esa cara para asustar a la gente y proteger a los de la casa.

El guía nos ha explicado que los % de las religiones de Nepal, pero la verdad no me acuerdo. Sé que la mayoría son hindús, luego vienen los budistas y también hay musulmanes y cristianos. Nos ha dicho que ellos tienen un montón de etnias (sherpas, etc...) que cada etnia puede tener su idioma e incluso su religión. El dijo que era "...", que no tienen templos y sólo dos fiestas coincidiendo con los solsticios. Curiosamente hoy era el día de Año Nuevo budista, con una gran fiesta en Bouddhanat, donde ha ido el Dalai Lama, y él no estaba enterado, porque nos ha llevado a una casa de refugiados tibetanos que estaba cerrada por ese motivo.





Bueno, pues en la Durbar Place, que es como se llama la plaza y en la que los turistas tienen que pagar para entrar, hemos visto varios monumentos y también la casa de la Kumari. Eso os lo voy a explicar porque no creo que lo conozcáis. La Kumari es una niña virgen, que es elegida democráticamente (presentada por sus padres) para representar la reencarnación de la Diosa Madre (no me hagáis repetir el nombre, pues no me acuerdo). Una vez elegida la niña en cuestión, la encierran en una casa con gente que la cuida y un instructor y permanece allí hasta que tiene su primera regla. Está todo el día allí metida (casi a oscuras en esas casas) y sale a la ventana a petición de la gente que va a verla y le pide su bendición. Ya os podéis imaginar, la niña, con una cara de "a mí que me importa), sale de vez en cuando al balcón para que la vean unos segundos. Me pareció horrible... pro se ve que tiene devotos.
Durante la visita se ha puesto a llover y hacía bastante fresco, aunque íbamos abrigadas.

En la estupa de Swayambhunath

Aquí también dejan a las palomas ir a su aire y meterse donde más les apetece, además de darles de comer, con el consiguiente deterioro de calles y edificios. Nos ha comentado el guía que no comen vaca pero los búfalos sí. Curioso. Y otra cosa curiosa es que en kathmandú hay muchos perros en la calle, todos de aspecto parecido, pero están como aletargados. Siempre se les ve adormecidos y tirados en la calle. Ninguno corre, ni juega, ni anda...

Hemos comido en el centro, una pasta sin nada con lassi de banana y esta vez el guía no ha comido con nosotras. Se ha sentado con amigos suyos. Una argentina sentada a nuestro lado se quejaba de su viaje y de que todo le parecía un montaje turístico. A mi no me lo parecía tanto pero cada uno se queda con lo que quiere.

Por la tarde hemos ido a la Estupa de Swayambhunat, que está en una colina desde donde se ve todo el valle de Kathmandú. Lástima que estaba un poco tapado y no se podían ver las montañas nevadas. El sitio es bastante bonito. Lleno de monos, también, pero bastante limpio.



Delante de la estatua de Buda la gente depositaba ofrendas, que podían ser dinero o comida. Lo de la comida lo hemos visto durante todo el viaje y la verdad es que no lo entiendo mucho. La gente ofrece comida y luego esa comida la tienen que tirar, cuando hay tanta gente que pasa hambre. En el único sitio que se aprovechaba era en el templo Sikh de Delhi, en el que a la salida te daban un pastelillo que era el mismo que la gente lleva en ofrenda.

Vistas de la plaza desde el Restaurante

en Nepal, el guía nos ha contado que aún se hacen sacrificios de animales y se untan algunos templos con sangre. Más ancestral, imposible.

Hemos comprado incienso, bastante incienso pero teníamos que haber traído menos ropa y una maleta grande, para poder comprar más cosas, que la verdad es que están muy baratas.


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