6 de marzo de 2011

6 de Marzo

Palacio de Orcha
Después de la despedida de ayer de nuestros compañeros de viaje, hoy el guía nos ha dejado en la estación de tren de Jhansi, para ir hasta Orcha y de ahí a Kahurajo donde mañana cogeremos un avión a Varanasi (Benarés).
El muy listo nos ha dejado con otro guía (dentro del tren) para no tener que viajar con nosotras y poder volverse a Delhi con la pareja que nos acompañaba. Pero la verdad es que tampoco era necesario que viniese con nosotras. En el tren he reconocido a tres mujeres con las que hemos coincidido en varias visitas. Supongo que hacen el mismo trayecto que nosotras. El tren, de superlujo, según el guía, era un tren normalito para nosotras, aunque reconozco que para ellos, que semontan sobre los tejados y van colgando, debe ser una pasada.
En la mesa que teníamos, había un montón de periódicos y hemos podido observar todo un apartado dedicado a "contactos para bodas". No veas, un montonazo de anuncios de personas con su casta, sus estudios y su poder adquisitivo, buscando personas para casarse. Todo un mundo.






Frente a nosotras había una abuelita con una niñita de unos 6 añitos. Durante todo el viaje la abuelita animaba a la niña y luego nos hemos enterado, por los llantos de la niña al llegar a Orcha, que la iban a dejar en un internado. Nuestro guía de Orcha nos ha explicado que allí hay muchos buenos colegios con buena fama y que dejan a los niños y niñas en los internados. Me daba una penita...
Galletas para ofrendas
Bueno, pues hemos llegado a Orcha y hemos tenido un nuevo guía. Nos hemos quedado nosotras solas para seguir el viaje. Esta vez nos esperaba un toyota todoterreno blanco, inmaculado, de super lujo. Y nosotras como unas señoras....
Lo primero hemos visitado los palacios de Orcha. Eran un poco diferentes, pintados de amarillo, que le daban un tono algo más cálido que aquellos rojizos y pétreos oscuros. El sol ya calienta mucho (tenemos unos 30 grados).
Nuestro guía nos ha acompañado al mercadillo. Es el que me ha gustado más. Parece que la gente no era tan agobiante y me han encantado los colores chillones de los tintes (bueno, no sé si eran tintes o polvos de colores para otras cosas) pero con todo, el ambiente era muy bonito. Curiosamente también hemos podido ver un novio y una novia que salían de la celebración del matrimonio. Un mercader me ha regalado un collarcito y yo pensaba que lo haría para luego vendérmelo o venderme otra cosa pero no, y ha sido un detalle...
Hemos comido de camino a Khajuraho en un palacio precioso. Me he decidido a comer una pasta con un poco de salsa de tomate. Creo que ya estoy mejor y puedo empezar a comer.
Los colores del Mercadillo
Durante el trayecto hemos podido disfrutar de un paisaje algo más frondoso y alegre. El guía me ha pasado unas cuantas canciones indias (algunas tradicionales y otras modernas) para el móvil y nos hemos reído un rato. Era muy divertido porque cada vez que por el camino veíamos algo interesante nos decía: "Mira, por favor, una foto" y a veces no era muy interesante. Por ejemplo, en un momento dado pasamos por  debajo de un árbol con murciélagos colgados y pararon el coche para que hiciéramos fotos. En otro momento dado pararon el coche para que me pudiera hacer una foto con el Betel (árbol sagrado) y cuando me acerqué a él me hechó una bronca porque tenía que quitarme los zapatos!!!
También hemos parado en un horno de pan. Muchos hombres, pero la que trabajaba era una mujer.
Mi compi estaba algo seria porque se ha mareado en el coche y es normal porque a ratos íbamos por una carretera en la que sólo cabe un coche, con camiones que nos venían de frente, adelantando a cada momento, con unos enormes baches... total que han sido horas de "removida".
Hemos llegado a Khajuraho, aun hotel muy moderno de esos con césped, piscina, y muy concienciado con los deportes: pistas de tenis, campo para footing y otras cosas... Hemos ido a dar una vuelta por el jardín porque mi compi estaba mareada y al final se ha puesto enfermísima, vomitando ininterrumpidamente y con mucha diarrea. Al final he tenido que llamar al médico (primero a Madrid, luego Bombay, luego un montón de gente...) Querían que esperásemos a mañana pero yo he insistido y al final, después de tres horas y hablar con mucha gente, ha aparecido el médico: un señor mayor, cariñoso como un abuelito, con su maletín con las medicinas y arropándola en la cama.
Mis hombres del horno de pan (la mujer está trabajando)
Se ha quedado una hora para ver como reaccionaba a la inyección y ha aprovechado para hablar conmigo sobre la sanidad india y la nuestra y el pensamiento indio. Se le vaía contento de poder comentar sus cosas y sobre todo de ver que gente como yo podía pensar que en la India se necesitan cambios para que la gente pueda acceder a la sanidad y a la higiene. A mí me ha servido para practicar mi inglés y darme cuenta de que necesito un buen reciclaje.
Mi compi se ha dormido con un poco menos de fiebre. El médico volverá mañana a primera hora para ver cómo está.
Lástima, con lo que le gusta a ella el ejercicio, no ha podido aprovechar el hotel.
Por cierto, en el hotel había una boda, para variar. Se ve que es la época y como duran una semana... Ha sido curioso que mientras estábamos en la piscina, los invitados nos hacían fotos a nosotras. Lo mismo nos ocurrió en el Taj Mahal y es un poco raro porque yo creo que tienen mucho turismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario